Hace tiempo deje de ser niño y
adolescente y superé esa etapa donde todo lo que te decían que era malo o que
era pecado de verdad creía que lo era.
Con la vida y no con el tiempo, aprendes
a ver cosas de una forma diferente, natural.
La primera vez que vi dos mujeres
besándose o dos hombres cogidos de la mano fue una mezcla de asombro e
incredulidad, un momento donde te pasan por la cabeza todas esas cosas
estúpidas que te han dicho a lo largo de la vida de estas situaciones, los
insultos, las enfermedades, los castigos de Dios, etc…., pero, como dije las
cosas cambian.
El ser humano tiende a temer e intentar
destruir todo aquello que carece de sentido para él, todo lo que le es ajeno a
esa vida impuesta de reglas y cánones de moralidad. Siempre se nos ha enseñado
que lo que no es aceptable es ilegal ante las leyes y pecado ante Dios.
Es como el que está a dieta y se come un
plato de pasta, falta a la regla de la dieta, es débil de voluntad y comete el pecado de la gula.
Si amas a una persona pues debes seguir
unas reglas impuestas por la sociedad y la religión que si no lo haces todo lo
que hagas será considerado inmoral y pecado,
Soy heterosexual, pero soy una persona
que vive con sus propios preceptos de moralidad y sigo la regla del “vive sin
hacer daño a nadie, vive y deja vivir”
Tengo amigos homosexuales y puedo decir
que son tan normales como el carnicero, el profesor, el jugador de baloncesto o
el artista de cine. Es más algunos son carniceros, profesores, grandes
deportistas y artistas de cine.
Amar a alguien de su mismo sexo no es ni
una enfermedad, ni una aberración ni un pecado. Es
simplemente una orientación sexual tomada por una persona, en base a sus
sentimientos.
Para mí una aberración es perseguir a
personas y asesinarlas por no ser de tu religión, robar dinero a tu país a
pesar de los grandes sacrificios que está haciendo su población, aquellos que
matan animales por placer.
Para mí un pecado es vivir como reyes,
en grandes pisos y áticos, con grandes comodidades, y exigirle a la gente vivir
bajo “la humildad y pobreza para alcanzar el cielo”, mientras estos
“representantes de la iglesia” se dan un baño de burbujas en su jacuzzi o hacen
reformas millonarias a sus mansiones, y a la par de esto miles de personas y
niños mueren de hambre.
No critico a la iglesia en general
porque sé que hay gente que vale y que actualmente son criticados por sus ideas
de renovación, sino que traten de imponernos bajo la estúpida amenaza del
infierno preceptos, dogmas y normas que ellos no siguen.
La iglesia católica se ha quedado
anclada en la época de a inquisición.
Menos mal que ahora quemar gente es un
delito, sino todos los domingos después de comulgar veríamos grandes hogueras.
En la Biblia, ese “gran libro”, donde se
encuentra contemplada toda la historia de la religión cristiana y la vida de
sus protagonistas y que no deja de ser otro gran libro de historias contadas
por gente que no han sido sus personajes principales, sino por gente que dicen
ser los autorizados para hacerlo, o
llamados “discípulos” y que como buen libro de historia, seguro manipulado a lo
largo de los siglos para ensalzar a sus vencedores y manejar la voluntad de las
personas.
En ella encontraremos grandes frases
como “dejad que los niños se acerquen a mi”, frase que creo que en la
actualidad está siendo muy mal “interpretada” por una serie de sacerdotes.
También encontramos la de “amaros los
unos a los otros” y con la que retomo el tema.
¿Importa el sexo cuando dos personas
desean juntar sus vidas para ayudarse mutuamente, amarse y ser felices?
¿Es pecado que una mujer ame a otra y
por esto deba ser repudiada, perseguida y señalada públicamente?
VIVE Y DEJA VIVIR
Si cada uno de nosotros nos dedicáramos
a buscar la felicidad propia y la de las personas que amamos y de hacer el
bien, sin tratar de ser un súper héroe de película, porque no se necesitan
súper poderes, a veces basta una sonrisa para hacer un gran bien a una persona,
el mundo sería otro.
En el mundo hay cosas terribles, en la
que ocupar de una forma útil nuestras preocupaciones y ganas de encontrar
soluciones, como: enfermedades sin cura, guerras, hambre, etc… pero preferimos
hacer una “guerra santa” contra la homosexualidad, algo que representa el amor
entre dos personas y no hay más nada.
No nos parece una aberración que se
salven bancos con dinero público, a costa de la pobreza de la gente que termina
suicidándose al perder sus hogares.
No nos parece una aberración ver a miles
de personas a punto de perder la vida porque una medicina es “cara” para que la
sanidad la pague, mientras políticos y banqueros son descubiertos a diario con
cuentas millonarias en el exterior.
¿Por qué no ocupamos nuestro tiempo en
exigir perseguir y repudiar públicamente a estos monstruos en vez de perseguir
a dos personas que solo quieren brindarse amor y formar una familia?
Formar una familia. Porque aquí entra el
siguiente punto de mi artículo.
¿Por qué los homosexuales no pueden
adoptar tranquilamente?
Preferimos ver que miles de niños estén
abandonados a su suerte, hacinados en casas para tal fin, pasando penurias,
hambre y falta de oportunidades antes que una pareja del mismo sexo los adopte.
¿Por qué? ¿La homosexualidad se contagia?
No amigos, al homosexualidad nos e
contagia, lo que se contagia es la falta de cerebro y la estúpida “doble
moralidad” con la que vivimos.
Tener dos padres o dos madres es ser
afortunado, es ser amado. Tener una familia que te quiera y te proteja, que te
de consejos y t brinde las oportunidades para ser una persona de bien es lo
mejor que le puede pasar a un niño.
Miles de niños tienen padres de parejas
heterosexuales como lo manda la Santa Biblia y son maltratados, ignorados, y
abandonados por padres irresponsables.
¿Ser hijo de una pareja heterosexual es
sinónimo de éxito y felicidad? Yo pienso que no.
Pienso que el éxito y la felicidad
vienen dada por el número de oportunidades que les brindemos a los niños para
que sean hombres y mujeres de bien, y mientras más grande sea la lista de
personas que estén dispuestas a brindarle estas oportunidades mejor.
El mayor daño que hace el ser humano a
algo, es cuando intenta proteger ese “algo”.
Queremos proteger tanto a las personas
que cerramos cualquier vía legal y la llenamos de trabas y burocracia que a
veces solo los verdaderos malvados, los que tratamos de evitar que lleguen,
tienen acceso a ella.
Tener fe en algo que nos enseña a amar
no es malo. Malo es cuando en nombre de esa fe nos manipulan para odiar y despreciar
algo.
Se critica tanto a la homosexualidad
como una enfermedad inmoral y aberrante, y mientras tanto miles de mujeres
mueren cada año en todo el mundo víctimas de la violencia “heterosexual”, a
manos de su pareja o ex pareja.
De esto si no nos preocupamos, o por lo
menos hacemos la vista gorda, porque es costumbre del ser humano,
despreocuparse cuando algo que está sucediendo en casa del vecino, no nos
afecta en la nuestra.
Pero preferimos preocuparnos por cosas
que de una vez deberíamos aceptar y comenzar a ver como normales, porque
simplemente la sociedad ha cambiado.
Deberíamos dedicar nuestro tiempo en
cosas verdaderamente importante.
No es posible que nos asombre más el
beso entre dos hombres o dos mujeres y nos “la sude” que un político robe millones
de euros gracias a desmantelar presupuestos dedicados a hospitales y educación.
¿Quién hace más daño?
Creo que es hora de despertar y seguir
nuestros propios dogmas, preceptos y reglas, de labrarnos nuestros propios
caminos, bajo normas comunes de convivencia para evitar el caos, y madurar como
humanos.
Está comprobado que en la actualidad no
podemos confiar en aquellas instituciones que pretenden guiar nuestra vida como
sociedad bajo unas reglas que no siguen ellos mismos, creando una ruptura de clases,
donde lo importante no es el bien común sino el suyo propio.
Instituciones minadas por la corrupción,
la maldad, la mentira, la manipulación y llenas de ideas retrogradas dignas de
épocas inquisitorias.
Abrir lo ojos.
VIVIR Y DEJAR VIVIR.
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